SUPREMO HACEDOR.
Ante la inmensidad de tu hechura, que atemoriza y regocija al mismo tiempo...
Me pregunto con justa razón: ¿Quién soy yo?, si tu lo eres todo y sobre todo,
Con cuanta sabiduría, poder y hermosura estas rodeado, y con cuanto amor eres,
Yo puedo ver la obra de mis manos, lo que sea que sea y me enorgullezco de ello,
Y tú... creador de esta mota de polvo: ¿Cómo poder olvidar la perfecta obra de tus manos?
Nadie puede negar lo evidente, sino maravillarse de tu afán, poderío y perfección,
Que de tu mano solventaron la oscuridad y miseria para transformarla en riqueza y gloria,
¿Quién puede darte un consejo?¿Quién puede criticarte por lo que has hecho?, nadie...
Sólo tu bondad, paz infinita y amor puede declararse como evidente en lo visible y no...
La angostura de tu corazón puede observarse y sentirse con maravilla, pero nunca medirla.
Tú me dices que importo todo el día con tu sol, y yo reniego lo que no tengo en mis manos
Tú me sonríes con una suave brisa por la tierra, mientras lloro por mi egocentrismo,
Tú extiendes tu mano paternal sobre mi flaco hombro, mientras yo volteo mi cara hacia el lado,
¿Porque amas con tanto afán? ¿Cómo produces tanto cariño sin ton ni son?, porque eres tu...
Y sólo tú la persona perfecta... limpia y compasiva que mantiene lo que nadie más, sólo tú.
Miles te ha elogiado, como tantos te han negado... yo en cambio he permanecido en silencio,
Porque no sabía que poder hacer; porque si he de darte algo debe ser lo más justo hacia ti,
Y no es lo que se enjuta como trofeo de palabras o sentimientos, sino sincero motivo en acción,
Aunque sé que todo es de ti, mi sencillez acuerda y concierta lo que es un deber completo,
Por ser perfecto, grande, amoroso, tierno, compasivo, justo y leal: ... gracias supremo hacedor.
Abdiel Cureño.
Marzo 2011